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viernes, 26 de febrero de 2010

La virtud de sorprender

En fotografía, cuando uno lleva vistas muchas fotos, resulta raro encontrar fotógrafos que sorprendan por sus fotografías. O bien alguien te pone en aviso de un buen fotógrafo, o bien es más de lo mismo. La virtud de sorprender revela el ingenio de los grandes fotógrafos.

Alguien dejó ayer un National Geographic en mi buzón. Yo no estoy suscrito porque, como sabeis, ahorro hasta el más mínimo euro para fotografía y tampoco tengo tiempo de pararme a leer. Al ojearlo por encima he visto de todo un poco y me reafirmo en la intención de no suscribirme, pero hay en el número de este mes de febrero un reportaje sobre el Martín Pescador que me ha dejado boquiabierto por las fotografías y por la dificultad que entraña tomarlas.

El fotógrafo en cuestión es Charlie Hamilton James. He estado viendo su página y he de decir que me ha sorprendido tanto en lo positivo como en lo negativo. Paso a explicarme:

Está dividida en temas. Las fotografías más impresionantes son las del Martín Pescador (Kingfishers en inglés) cogidas desde ángulos muy complicados, incluso bajo el agua, captando el movimiento, el habitat, los habitos, sus movimientos, la rapidez, sus posaderos, todo. Una de las más espectaculares es un picado de un Martín Pescador en el que ha cogido el recorrido en movimiento. Tremendo. Es un trabajo de 10, y solo Dios sabe el esfuerzo y horas que habrá echado para realizar este trabajo.

Cuando uno ve esto, instintivamente desea ver el resto de temas, porque tienen que ser impresionantes, todo parece indicar que estamos ante un gran fotógrafo.

Pues bien, el resto no dice mucho, y esta es la parte negativa. El Blanco y Negro, las de África, Bajo el agua, las de orangutanes... bueno, no son gran cosa si comparas con el extraordinario trabajo que hace con el Martín Pescador. Hay algunas buenas, sobre todo de fauna, pero son escasas. Algunas de Paisaje dejan bastante que desear, incluso se ven claramente viñeteos feos, feos. A decir verdad, no parecen del mismo fotógrafo.

Al comienzo del post decía que la virtud de sorprender revela el ingenio de los grandes fotógrafos... pero hay que sorprender en todo o casi todo para ser un buen fotógrafo, y en cuanto a lo bueno, no a lo malo.

Conclusión

Si queremos ser buenos fotógrafos, debemos aprender de lo bueno y de lo malo.

De lo bueno, que debemos exigirnos, en la medida de nuestras posibilidades, el realizar tomas como éstas. Aprender, buscar, ingeniar, insistir, tener paciencia, hacer reportaje, etc.

De lo malo, que no podemos especializarnos solo en una cosa. Desde luego, siendo profesional no. Que está bien especializarse, pero hemos de echar toda la carne en el asador también en Fauna, en Flora, en Paisaje, en Macro, con Tele... aunque seamos aficionados, que las posibilidades de la fotografía de la naturaleza son grandes, muy grandes, y nuestras cámaras están como locas deseando comunicar lo que la naturaleza y la belleza nos dicen cada día. Evidentemente, salvando los imposibles, que entiendo que un aficionado tiene muchos imposibles: trabajo, familia, tiempo, dinero... yo por ejemplo, mi imposible es la fauna con tele, por problemas de tiempo, pero dentro de unos años ¿Quién sabe?

Bueno, espero que os paseis por la página de Charlie Hamilton James y me contéis.